Introducción a la narrativa
Cuando en un curso de
introducción a la literatura
hablamos de la narrativa como uno de los
géneros literarios, asociamos
inmediatamente este término con el cuento y la novela. Sólo cuando
tratamos de definir qué es un cuento, por ejemplo, empezamos a
comprender la complejidad que
implica el término
narrativa. En una primera aproximación podemos decir que
narrativa se refiere a un proceso de comunicación mediante el
cual un autor crea personajes para expresar ideas
y emociones. En los textos
académicos de teoría literaria se extiende normalmente el concepto
de narrativa a toda obra que describe un hecho; y se
entiende por hecho todo acontecer objetivo o subjetivo,
exterior o interior a un personaje. De un modo
más preciso, nosotros podemos decir que con narrativa hacemos
referencia a un relato que consta de una serie de sucesos (la
historia), a través de la representación humana (el narrador,
los personajes) y con posibles comentarios, implícitos o
explícitos, sobre la condición humana (el tema). En este
curso de introducción a la literatura nos vamos a aproximar a la
narrativa a través del cuento, aun cuando también incluimos
novelas cortas. Para mejor visualizar las características de
la narrativa vamos a hacer uso de una serie de
mapas semánticos,
que nos permiten profundizar a distintos niveles de complejidad.
También incluimos una
Guía para una lectura crítica de la
narración y, como ejemplo,
una propuesta de
análisis de un cuento, “Desdistancias”.
1. ¿Podemos decir,
según la definición anterior, que la narrativa consta de tres
elementos fundamentales?
Las variaciones de textos narrativos
son tan numerosas que cualquier definición parece limitar el proceso
creativo. No obstante, en nuestra aproximación a la narrativa vamos
a concentrarnos en aquellas características que determinan el género.
En este sentido hablamos de los tres elementos antes citados, a los
cuales añadimos un cuarto: historia, narrador,
discurso y tema. Gráficamente lo podemos representar con
el siguiente mapa semántico:

2. ¿Cómo se relacionan
esos términos y qué significan en el contexto de la narrativa?
Estos términos (narrador,
historia, discurso y tema), junto a los otros que
se anotan en el
glosario específico para la narrativa, se estudian por separado
con numerosos ejemplos que facilitan su comprensión. Como señalamos
al comienzo, estos elementos condicionan la narrativa en el sentido
de que con ellos hacemos referencia a la creación del mundo ficticio
(la historia), a la creación de un ambiente y unos personajes (el
narrador), y al modo cómo el autor manipula el tiempo, los
personajes, la estructura de los sucesos (el discurso). El tema
constituye la idea central que domina en la historia.
3. Según lo anterior el
elemento esencial es la historia y los otros tres muestran la
idea central y los recursos mediante los cuales se construye. ¿No es
así?
Ver la narrativa a través de la
historia es una perspectiva legítima. Pero también lo sería un
análisis a través del discurso o del narrador o del
tema central en aquellos casos en los que existe un tema
explícito omnipresente. Todos ellos se complementan y a veces se
subordinan unos a otros. La complejidad de cada uno de estos
conceptos requiere un estudio detenido.
4. ¿Qué factores
debemos tener en cuenta al estudiar la historia?
Vamos a hacer de nuevo uso de un
mapa semántico en el que colocamos en torno al término historia
una serie de palabras que representan conceptos relacionados. Luego
podremos ir estableciendo relaciones que nos permitan comprender la
dimensión de lo que denominamos la historia.

Las palabras que se anotan
en el mapa semántico representan conceptos fundamentales para
comprender la historia, aunque alguno de ellos, estructura
y trama, por ejemplo, se relacionan más con el discurso.
La historia es lo que ocurre (el relato) en el acontecer
cronológico de los sucesos. Los términos de estructura y
trama se refieren al orden cómo el autor presenta los sucesos en
el texto.
5. ¿Contienen todos los
textos narrativos los mismos elementos?
No. Hay gran variedad en los
recursos que el autor usa para decir la historia y en el modo
cómo los ordena en su discurso. En el análisis de cada uno de
estos conceptos proporcionamos numerosos ejemplos que muestran esa
riqueza. En esta reflexión introductoria sobre la narrativa hacemos
referencia a características generales. Así, consideramos como
partes de la historia: la exposición (la creación de
los personajes, del ambiente, de relaciones, etc.), el desarrollo
(el proceso cronológico de los sucesos), el clímax (el
momento de máxima tensión) y el desenlace (consecuencias de
los sucesos y, en ocasiones, restablecimiento del orden).
6. ¿En qué se
diferencia un marco cerrado de un fin cerrado?
Ambos conceptos son diferentes. Con
el término de marco hacemos referencia a la razón que
justifica el contar la historia. Es algo así como el marco en el que
colocamos una fotografía; el marco contiene la fotografía, pero no
es parte de la foto. Como explicamos bajo el concepto de marco,
éste puede tomar formas muy variadas. En épocas antiguas nos
mostraba quién contaba la historia, a quién se contaba y por qué se
contaba. En tiempos modernos no es tan frecuente el uso de un marco,
pero cuando se incluye, puede hacer referencia, entre otros muchos
motivos, al origen de la historia o a las razones que motivan al
autor a contarla (marco abierto es cuando se incluye sólo a
comienzo y marco cerrado cuando también se incluye al final
del cuento). El término fin cerrado se refiere a la historia
misma y con él queremos decir que tiene un desenlace, es
decir, que se da respuesta a las incógnitas que surgen durante el
relato.
7. ¿Qué diferencia hay
entre el suspenso y los puntos decisivos?
Ambos, suspenso y puntos
decisivos, son partes de un mismo proceso. Un punto decisivo
es un momento en la historia en el que se inicia un cambio que va a
ser fundamental en el desarrollo y por consecuencia también
en el desenlace o percepción de lo que pueda ser el desenlace.
Estos momentos crean anticipación en el lector y así una actitud de
suspenso, de expectativa. Sirven también para ordenar las
acciones y, muy importante en el proceso narrativo, sirven para
establecer funciones precisas a dichas acciones.
8. ¿Podríamos
considerar la acciones como parte de la historia y la función como
perteneciente al discurso?
Sí, en efecto, aun cuando no debemos
crear divisiones. Los mapas semánticos y clasificaciones que
establecemos en esta introducción a la narrativa, tienen como
función explicar la terminología. En la realidad, todos estos
conceptos están íntimamente relacionados, y se comprenden mutuamente
en contexto unos con los otros. Por ejemplo, la acción de
encender un cigarrillo puede ser neutra, pero el narrador o el autor
puede dar a esta acción una función determinada (lo cual es ya parte
del discurso) para reflejar nerviosismo.
9. Entonces, ¿Cómo
podemos aproximarnos al estudio del discurso?
Hemos señalado ya que el discurso
alude a cómo se desarrolla la historia; es decir, con el
término discurso hacemos referencia a los recursos o procesos
de comunicación que emplea el autor para transmitir su historia. Así
el tono que ayuda a crear una ambientación y que, por
ejemplo, puede ser irónico o sarcástico, literal
o figurado. También es parte del discurso el estilo
directo o indirecto que puede usar el autor y la
función que confiere a las distintas acciones. El
discurso, en otras palabras, se ocupa de los distintos modos de
manipular la presentación de las acciones y del tiempo (cronológico,
psicológico) en que éstas suceden, a través de la estructura
peculiar que da a su historia. Otros elementos que podemos asociar
con el discurso son el uso del diálogo o del monólogo
interior, el uso de la descripción o de la narración.
También es parte del discurso los indicios que el
autor va incluyendo a lo largo del texto y que sirven, entre otras
funciones, para guiar, para confundir, para crear tensión, para
anticipar el desenlace. Podemos agrupar todos estos recursos, que se
explican por separado en el glosario de la narrativa, a través del
siguiente mapa semántico:

10. La descripción de
lo que es el discurso muestra su relación con lo que hemos
denominado la historia. Parecen dos caras de una misma moneda.
¿Cómo se relaciona el narrador con el discurso y la
historia?
Hemos señalado anteriormente que no
usamos estos términos para establecer divisiones, sino para ver
desde distintas perspectivas lo que queremos expresar bajo el
concepto de narrativa. El narrador es parte integrante
de la historia y del discurso; no se puede separar de
ellos, pero sí podemos analizar la historia desde la
perspectiva del narrador. Vamos a usar de nuevo un mapa
semántico que reúna los distintos recursos que asociamos con el
narrador:

11. ¿Qué quiere decir
analizar la historia desde la perspectiva del narrador?
El narrador es quién nos cuenta la
historia y por eso es importante reflexionar sobre los recursos que
usa el autor para crear su narrador. El narrador controla los dos
procedimientos complementarios de toda narrativa, la mimesis
(showing) y diégesis (telling) y mediante ellos la creación
de los personajes. De esta importancia, surgen las preguntas
de quién es el narrador, cómo controla el proceso de la narración y
desde qué perspectiva lo hace. El proceso de la narración es
diferente si contamos con un narrador fidedigno (confiable) o
si por el contrario el narrador no es confiable; también afecta
nuestra interpretación de la historia si determinamos que es un
narrador objetivo o un narrador inocente, así como la
distancia desde la que nos cuenta o presenta los sucesos. Esta
distancia puede ser espacial, temporal o incluso psíquica. Todos
estos elementos crean un tono peculiar.
12. Entonces surge una
pregunta fundamental ¿quién es el narrador?
Así es, en efecto. Muchas de las
clasificaciones de las obras narrativas se basan en los distintos
tipos de narrador. Así tenemos narradores en primera
persona, en tercera persona e, incluso, en segunda persona. Cada uno
de estos narradores presenta un punto de vista único. Pero el
proceso de clasificaciones puede ser muy complejo: el narrador en
tercera persona puede ser omnisciente o con conocimientos limitados
de lo que sucede, puede ser un narrador testigo con una perspectiva
subjetiva o, por ejemplo, un objeto que narra lo que ve y oye de
forma objetiva (véase la clasificación detallada y con numerosos
ejemplos que incluimos al explicar el término de narrador).
13. En el mapa
semántico se incluye el término de “autor implícito”, ¿Qué relación
hay entre el autor de la obra narrativa, el autor implícito y el
narrador?
En la introducción a este curso,
bajo el título de “Qué es literatura”,
hicimos referencia a las relaciones entre autor, texto
y lector. En el caso de la narrativa, que crea un
mundo ficticio, se incluyen a veces referencias a un autor o a un
lector, que por estar en el cuerpo mismo de la historia, son
ficticios, pero que en ocasiones muestran referencias directas al
autor real del texto. Coloquemos de nuevo estos términos en un mapa
semántico:

Podemos decir que el texto
hace referencia tanto al autor(a) real como al autor
implícito, tanto al narratario como al lector(a)
implícito, pero las relaciones son distintas. El lenguaje y el
estilo, por ejemplo, pueden caracterizar a un escritor, pero la obra
narrativa es una creación ficticia independiente, cuyas ideas o
expresiones no deben identificarse necesariamente con las del autor.
En aquellos casos en los que el autor interviene en el texto de la
narración, incluso usando el mismo nombre del autor real, podemos
hablar de un autor implícito, que es una creación ficticia, aun
cuando sus posiciones se acerquen a las del escritor de la obra. El
narratario es igualmente una creación ficticia. Llamamos
narratario al destinatario ficticio de la narración (véanse los
ejemplos que incluimos en la explicación de estos términos).
(Gómez-Martínez)
Proyecto Ensayo Hispánico
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