Ariel
Drofman: El hombre y su obra
Ignacio López-Calvo
Datos biográficos
Ariel Dorfman (1942) ha sido
profesor de literatura iberoamericana en la Universidad de Chile, la de Amsterdam, la de
Maryland y en La Sorbonne (París IV). Asimismo, se le concedieron los puestos de
"research scholar" en University of California at Berkeley, "fellow"
en el Wilson Center del Smithsonian, "visiting fellow" en el Institute for
Policy Studies en Washington D.C. y de profesor de investigación de literatura y estudios
latinoamericanos Walter Hines Page en Duke. El 13 de octubre de 1997 ganó, junto con su
hijo Rodrigo, el premio Writers Guild of Great Britain por su cortometraje de 20
minutos "Prisoners in Time." También ha publicado artículos periodísticos en
numerosos diarios como el New York Times, Village Voice, Washington
Post, Philadelphia Inquirer, Los Angeles Times, Marcha, El
Diario de Caracas, Hoy, Clarín, El País, Le Monde
o Die Zeit, entre otros. Además de pasar parte de su infancia en los Estados
Unidos, tras el golpe del general Augusto Pinochet se exilió en Francia, Holanda y
Estados Unidos. Dorfman participó activamente en colaboración con el gobierno de la
Unidad Popular, en cuestiones editoriales y pedagógicas.
OBRA Y PENSAMIENTO
El ensayo de Ariel Dorfman se destaca, principalmente, por sus sucesivos análisis de
la cultura popular. De entre ellos destacan Para leer al Pato Donald (1971) (en
colaboración con Armand Mattelart), Ensayos quemados en Chile (1974), Supermán
y sus amigos del alma (1974) (en colaboración con Manuel Jofré), La última
aventura del Llanero solitario (1979), Readers nuestro que estás en la
tierra (1980), Patos, elefantes y héroes (1985), Sin ir más lejos
(1986), Los sueños nucleares de Reagan (1986). Como veremos, muchos de sus ensayos
se repiten exactamente varias veces a lo largo de las diferentes colecciones mencionadas;
otros son reescritos y puestos al día.
Otra de sus colecciones es Imaginación y violencia en América (1970), en donde
el autor analiza la mentalidad artística iberoamericana con estudios sobre textos como Hombres
de maíz, Cien años de soledad, Pedro Páramo, o bien las obras de
Borges, Alejo Carpentier, José María Arguedas y Vargas Llosa. Cada texto representa al
individuo iberoamericano en su encrucijada histórica, y con el trasfondo de la violencia
endémica del continente: "La visión general que se tiene, a partir de un centenar
de novelas de los últimos veinticinco años, es que el hombre está inmerso en una
situación que él no controla, pero que su violencia al encarcelarlo también apunta
hacia la forma de solucionar sus problemas" (37). Se abordan, además, temas que
serán recurrentes en libros posteriores como la teoría de la dependencia, el
subdesarrollo o la revolución.
El libro Para leer al Pato Donald (1971) (How to read Donald Duck, 1984)
escrito por Ariel Dorfman y Armand Mattelart fue, con múltiples ediciones y traducciones,
la colección de ensayos de mayor venta en Iberoamérica en los años 70. Es, sin duda, el
libro que mayor fama ha dado a Dorfman.
Concebido como un manual de descolonización, Para leer al Pato Donald trata de
deconstruir la ideología imperialista subyacente en las relaciones entre los personajes
del cómic de Disney, comparadas con las propias condiciones de trabajo de los empleados
de la compañía. Estos últimos quedan convertidos en trasunto de los indígenas y
sobrinos de la historieta (Huey, Dewey y Louie). Para Dorfman y Mattelart, detrás de la
máscara del mito Disney se esconde el insoslayable mensaje propagandístico del
imperialismo cultural, del capitalismo estadounidense y del mítico "American Way of
Life."
Según los autores, el conflicto maniqueísta entre los personajes nunca tiene una base
social porque se han eliminado todas las formas de producción (material, sexual e
histórica). Simplemente, se trata de representar la superestructura ideológica de una
sociedad capitalista avanzada, cuyo único futuro posible es la supremacía del sector
terciario (de servicios) como clase. A este efecto, las fuerzas históricas y el sector
secundario o productivo quedan eliminados. Por el mismo camino, el Tercer Mundo acaba
siendo un parodiado juguete del Primero, que importa--al mismo tiempo que los productos
manufacturados--su sistema axiológico. Los cómics son realmente un manual de
instrucciones para los pueblos subdesarrollados sobre cómo han de ser sus relaciones con
los centros del capitalismo internacional. En definitiva, el cómic de Disney no es mero
entretenimiento sino una burla explícita de las condiciones de dependencia y explotación
de la periferia por parte de los centros de decisión, representados por el tío Scrooge
McDisney. Es más: su objetivo final es promocionar el subdesarroyo. No obstante, la obra
se ha criticado en múltiples ocasiones. Por ejemplo, para Salvador A. Oropesa, "lo
que intentan Dorfman y Mattelart es dejar intacta la estructura social de la burguesía
(como en Moros en la costa) y cambiar sólo el nombre de la gente a desempeñar la
función, sobre todo con el espejismo del proletariado" (170).
En el primer capítulo de Ensayos quemados en Chile (Inocencia y neocolonialismo)
(1974), titulado "Dependencia," aparecen varios estudios que serán incluidos en
libros posteriores: los del Readers Digest, el Llanero Solitario y la literatura
infantil. En el segundo, "Problemas culturales de la transición," se analiza la
situación de la política cultural del gobierno de la Unidad Popular, además de
deconstruir los significados secretos de las siglas con que se nombra a las empresas. La
tercera parte, está compuesta por un artículo de crítica literaria, "¿Volar? Un
estudio de la narrativa de Skármeta y Edwards" y otro sobre la pesadillesca obra de
Carlos Droguett Patas de Perro, "El Patas de Perro no es tranquilidad para el
mañana." Para terminar, la última parte, "Valores de la liberación,"
incluye un artículo sobre la obra de Ernesto Cardenal "Ernesto Cardenal: ¡Todo el
poder a Dios-proletariado!," y otro sobre la figura de Fidel Castro, "La
historia nos sigue absolviendo, Fidel." Título que se refiere, lógicamente, al
libro de Castro La historia me absolverá.
Por el mismo camino, Readers nuestro que estás en la tierra (1980) [The
Emperors Old Clothes], estudia las conexiones entre la cultura popular y las
ideologías. El libro consiste en otra colección de ensayos que tratan de deconstruir el
neocolonialismo económico y mental subyacente en el comic y el western, lo
que Dorfman denomina la "subliteratura" popular. Es evidente que tanto los temas
como los métodos de análisis se repiten casi idénticamente en su libro posterior De
elefantes, literatura y miedo: la comunicación americana (1986). Por medio del
análisis de dichos géneros, Dorfman continúa con su intención de llevar a cabo una
práctica literaria liberadora, que desenmascare los mecanismos ocultos que rigen las
estructuras de dominación del imperialismo cultural. Al mismo tiempo, problematiza las
consecuencias que estas prácticas han tenido en Iberoamérica. La colección está
dividida en cuatro secciones. En la primera, titulada "Salvación y sabiduría del
hombre común: la teología del Readers Digest," Dorfman insiste en la visión
reaccionaria del Readers Digest, que ataca el comunismo, al mismo tiempo que
defiende el capitalismo y el modo de vida capitalista norteamericano. Según Dorfman, la
revista pretende hacer creer a los países desarrollados que las causas de su atraso son:
a) la rareza de sus costumbres b) su rechazo a la tutela norteamericana c) el clima
adverso d) y la falta de tradición de grandes cerebros. Por otro lado, su salvación
estaría en la técnica y la ciencia, a la que sólo pueden acceder aquéllos que sepan
dividir el mundo en buenos y malos, según propone el Readers.
El segundo capítulo, titulado "Inocencia y neocolonialismo: un caso de dominio
ideológico en la literatura infantil," trata de demostrar los métodos con los que
la literatura infantil trata que el niño acepte los valores burgueses. Para ello se basa
en los comics del elefante Babar, que son un trasunto del sueño burgués de dominación
de los países tercermundistas, en donde se anhela encontrar nativos dispuestos a
"civilizarse." En los libros de Babar, no obstante, no se ignora la historia,
sino que se la dulcifica e idealiza. Si bien no niegan que se utilizó la violencia en la
colonización de África--representada por el malvado cazador--hacen que se justifiquen
los medios, con la imagen final de la superación de los elefantes, que ahora viven
felices en la civilización. Lo mismo ocurre con el Pato Donald y sus sobrinos en el
cómic de Disney: los adultos son siempre torpes, cobardes e inútiles. Los niños, en
cambio, representan la inteligencia y la bondad triunfadoras. Con ello el autor intenta
que los lectores puedan "sentir que aquí se lleva a cabo la aventura ideal del
marginado: los que tienen el poder son excéntricos, estrafalarios, fracasados,
testarudos, tontos" (85). A fin de cuentas, en la literatura infantil se trata de
convencer tanto a dominadores como a dominados de que el statu quo es como debe
ser, que funciona a la perfección y, por tanto, no se debe alterar.
En la tercera sección, "La última aventura del Llanero Solitario en seis
emocionantes capítulos," Dorfman quiere demostrar que el cómic oculta una secreta
intención de justificar la creación de la plusvalía mediante la explotación del
proletariado. En lugar de criticar las relaciones sociales de producción del sistema
capitalista, el mal se halla en los excesos que se cometen contra la naturaleza. En
definitiva, se nos pretende convencer de que no debemos confundir los excesos del sistema
con el sistema mismo. El capítulo termina con el augurio de una rebelión de los indios
(los oprimidos) a los que se une Toro, el compañero de El Llanero Solitario.
Por último, en el capítulo que cierra el libro, "Niveles de dominación en los
medios masivos de América Latina (estudio de un caso típico)," se indaga en los
diferentes mecanismos mediante los que se ha impuesto la dependencia cultural e
ideológica de Iberoamérica a lo largo de la historia y, en especial, de Chile. Para
mantener su hegemonía, los diferentes imperios han tratado deliberadamente de debilitar
la economía local. Por su parte, en el reciente caso chileno se creó a medida un clima
de temor e inestabilidad para justificar el golpe de estado del general Pinochet. De
nuevo, se usa una historieta, Mampato, que se publicó en Chile en 1973, como
reflejo de una crisis y que podría interpretarse como una reivindicación
antidictatorial.
En la línea de Imaginación y violencia en América (1970), en Hacia la
liberación del lector latinoamericano (1984) Ariel Dorfman analiza las relaciones
entre el proceso creativo y la liberación social. Elogia a los autores cuya obra está
enraizada en los sucesos políticos de su tiempo. Los textos literarios que selecciona son
El recurso del método, de Alejo Carpentier; Los ríos profundos, de José
María Arguedas; un poema de Canto general, de Pablo Neruda; La resurrección,
de Antonio Skármeta; y Epigramas, de Ernesto Cardenal. Dorfman concluye que quizá
exista en toda literatura un anhelo utópico de una sociedad mejor. Como Mario Benedetti y
tantos otros autores, insiste en que el compromiso político y el carácter didáctico o
propagandístico, no tiene por qué deteriorar la calidad literaria de los textos. Propone
que el autor confíe respetuosamente en la capacidad intelectual de su lector para
analizar los conflictos e ideas sugeridas en el relato. En la línea de Bertolt Brecht,
sostiene que el autor debe intentar que el lector tome conciencia de las situación
sociales para después decidirse a la acción democratizadora.
En De elefantes, literatura y miedo: la comunicación americana (1986) combina
las herramientas de los dos últimos libros mencionados. Aparte de los cinco artículos
periodísticos incluidos en la tercera sección, sigue las pautas de Hacia la
liberación del lector latinoamericano, con la exposición de sus ideas en ensayos
sobre los siguientes textos literarios iberoamericanos: Hombres de maíz de Miguel
Ángel Asturias, Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, El recurso
del método de Alejo Carpentier y la poesía de Ernesto Cardenal. En la segunda
sección del libro, sigue el método analítico de Para leer al Pato Donald, y
continúa su exploración de los mensajes subliminares escondidos en la literatura
infantil, esta vez en los cómics del Llanero solitario y el elefante Babar. En opinión
de Dorfman, la literatura infantil en las sociedades capitalistas trata premeditadamente
de manipular la interpretación de los conflictos sociales por parte del niño. Presenta
aquiescentemente aspectos de la realidad como la pobreza, la desigualdad o el
autoritarismo, que parecen inevitables. Por el contrario, los comics del elefante Babar
deben interpretarse como una teoría de la historia en la que el elefante protagonista es
un trasunto del indígena o del negro tercermundista, y la anciana señora sustituye a la
Iglesia o al Imperio. En cuanto a las coordenadas espaciales, la selva representa al
continente africano, mientras que la ciudad es el trasunto del centro europeo.
Deconstruye, además, lo que irónicamente denomina "la teología del
Readers Digest." A juicio del autor, las Selecciones del Readers
Digest constituyen una reaccionaria defensa del modo de vida occidental, cristiano,
anglosajón, capitalista y norteamericano, y un continuo ataque al comunismo y a los
países socialistas. La revista trata de "seleccionar" las lecturas del pueblo,
lo que se debe leer y "digerir":
La causa del subdesarrollo es, por lo tanto, la culpa de las ideas que oscurecen la
cabeza de los pobres y atrasados, y no un producto de una situación material. La
solución no puede ser sino alimentarlos con las ideas correctas. (149)
(De elefantes, literatura y miedo: la comunicación americana Habana: Casa de las
Américas, 1986)
Ignacio López-Calvo
California State University, Los Angeles
Actualizado, 1996
© José Luis Gómez-Martínez
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