Repertorio de Ensayistas y Filósofos

El entorno vasco de García Bacca

Roberto Aretxaga

1. Introducción.

No hace mucho aún que un reconocido especialista en García Bacca escribía: "Si de Zubiri hemos dicho que su vinculación a lo vasco es muy problemática, con García Bacca la dificultad es todavía mayor. Su vinculación se reduce a los primeros años de su vida, cuando nace en Pamplona, reside allí hasta los ocho años, pasando luego a San Sebastián hasta los diez años de edad"[1]. El trabajo que presentamos demostrará que tal afirmación, si bien sostenible cuando se realizó atendiendo a los datos conocidos en ese momento, debe ser superada.

Antes de dar comienzo a la exposición del tema se hace necesario explicitar un previo que posibilite su mejor comprensión. Se trata de recordar la distinción garciabacquiana entre "sentido" y "significado". Sentido dice sentimientos, vivencia subjetiva del objeto; significado, objetividad, estructura o "contextura". El sentido remite siempre a un sujeto; el significado, al objeto.

En una de sus obras más significativas, dice García Bacca: "El sentido, y los sentidos, de una proposición, teoría o sistema, conjuntos más o menos coherentes de proposiciones, proviene de la variedad de sentimientos humanos con que se vive los significados. El significado de una proposición, teoría o sistema, por el contrario, proviene de la contextura de la cosa misma, -números, figuras, leyes físicas, biológicas... El sentido es o puede ser un plural inconexo y folklórico, tanto como lo es el campo de los sentimientos. El significado es un singular, -determinado y coherente. Un mismo significado, un conjunto de ellos, puede tomar a lo largo de los tiempos muchos sentidos. El significado mantiene su unidad a lo largo de la historia de la humanidad y de la biografía de un individuo"[2].

Al aplicar esta distinción a nuestro tema aparecen las dos dimensiones que vertebran su entramado argumentativo. Por un lado, la dimensión sentimental: la que nos acerca al sentido o presencia de lo vasco en García Bacca en tanto que sido-y-vivido por él (biografía íntima); por otro, la del significado o presencia de lo vasco en García Bacca en tanto que datos biográficos objetivos (biografía exterior).

En lo que sigue realizaremos una aproximación al entorno vasco de García Bacca con la intención de contribuir a estimular el interés por el filósofo navarro en el entorno sociocultural en el que nos hallamos conmemorando la efeméride de su nacimiento, así como al mejor conocimiento general del mismo.

2- El "sentido" de lo vasco en García Bacca

2.1. Lugares de nacimiento e infancia.

Juan David García Bacca, el mayor de los cuatro hijos que Juan Isidro, natural de Belmonte de Calatayud, tuvo en segundas nupcias con la zamorana Martina Bacca Benabides, nació en Pamplona el 26 de junio de 1901 debido al traslado profesional de su padre, maestro nacional, a la capital navarra desde tierras aragonesas, de ahí que afirme: "soy navarro, vasco, por nacido en Pamplona".[3]

Posteriormente, Juan David iría a vivir a San Sebastián con motivo de un nuevo traslado profesional de su padre. Poco tiempo después, como consecuencia de la delicada salud de Juan Isidro, toda la familia volvió a Aragón, a la localidad de Borja.

2.2. Vivencias y recuerdos

Las vivencias infantiles de Juan David en tierras navarras y guipuzcoanas dejaron un poso sentimental indeleble en nuestro hombre, como se deduce de ciertas afirmaciones del autor.

Así, por ejemplo, en relación con sus recuerdos y vivencias navarros, Carlos Beorlegui dice: "La residencia familiar donde nació Juan David estaba situada en la calle Pozoblanco, cercana a la céntrica y emblemática Plaza del Castillo. Pero muy pronto después de nacer, la familia trasladó su residencia a la popular calle de La Estafeta, muy cercana a la anterior residencia, y famosa por ser una de las tres calles por las que transcurren los conocidos "encierros" de toros de las fiestas de San Fermín. Por confesión personal de García Bacca, sabemos que su padre era muy aficionado a los toros, y gustaba de contemplar con sus hijos los "encierros" de los "Sanfermines", desde el balcón de su casa, ataviados con el clásico atuendo festivo de la capital pamplonica: camisa y pantalón blancos, con faja y pañuelo al cuello rojos".[4]

En relación con San Sebastián, al narrar su regreso a España tras finalizar los estudios realizados en varias universidades europeas, dice Juan David: "Vuelvo a mi itinerario, dentro aún de mi estado religioso. 1936, mes de julio. De Friburgo me dirigía a Santander, como era mi obligación. Pensaba, desde Santander, hacer una visita formal a la Universidad de Santiago de Compostela, de la que era profesor titular. Y debía serlo real, a partir del mes de octubre. Entré en España por San Sebastián. Volvía allí después de unos treinta años. Me hospedé en el Hotel María Cristina. Me revivió la gana infantil por la sidra. Pedí para la comida una botella. Y bebí la mitad; más, por mi inexperiencia, se me subió a la cabeza -ligera borrachera. Otra inexperiencia. Se me pasó pronto. Pero, ¡qué bien me supo ella y los recuerdos!"[5].

2.3. El linaje.

En la obra Sobre Virtudes y Vicios, García Bacca, a sus noventa años, se presenta así: "Apellidos: "García" es vasco; "Bacca" es romano, latino; "Barrancos" es griego"[6]. Y en otro lugar: "(...) me sentí personalmente aludido en mi calidad de griego. El segundo apellido de padre era Barrancos, que es la misma palabra que el phárangos griego. El primer apellido era García, vasco"[7].

Un sencillo ejercicio deductivo permite concluir que si García Bacca fundamenta su "calidad de griego" en el segundo apellido paterno, el primero habrá de fundamentar necesariamente su "calidad de" vasco; conclusión reforzada, además, por el inciso sobre su apellido vasco al tratar del griego.

Así, pues, el propio García Bacca nos ofrece una tercera relación sentimental con el entorno vasco: la relativa a su condición o "calidad de" vasco, que fundamenta en el linaje de los Garzia o Gartzia: "llama de incendio", en lengua vasca (euskera)[8].

2.4. Las amistades

Al estallar la Guerra Civil española de 1936, García Bacca se hallaba en Santander, en los cursos de verano de la Magdalena. Por aquel entonces, nuestro hombre, sacerdote, catedrático por oposición y profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona, según confesión propia "estaba de corazón y mente de parte de la República, ya desde hacía años"[9]. En consecuencia, y ante la situación creada, García Bacca decidió volver a su comunidad religiosa en Cataluña y ponerse al servicio de las autoridades republicanas, pero dando un rodeo para no cruzar por territorio enemigo. El mismo protagonista narra así este episodio de su vida: "Yo quería volver a Barcelona, a mi universidad y, aunque peligrosísimo, a mi comunidad. Tal me lo dijo el Gobernador, al revisar mi pasaporte en que constaba mi condición de catedrático. Para llegar a Barcelona no quedaba más camino que por Francia. Navarra estaba de parte del Movimiento, Mola mandaba en Navarra. Las líneas de guerra por Aragón... estaban vagamente delineadas. Me dirigí a Bilbao donde tenía grandes amigos vascos. Yo navarro, de Pamplona, nacido en un departamento de la Plaza del Castillo. Entre otros detalles recuerdo, perdón, haber comido unas angulas tan exquisitas que aún hoy el recuerdo verbal me sabe a ellas"[10].

Del comentario anterior puede deducirse que hasta su salida de España, y a pesar de haber abandonado de niño el País Vasco, García Bacca cultivó importantes relaciones de amistad con otros vascos, algunas en Bilbao, que como veremos en breve le serían de ayuda inestimable en momentos de especial dificultad. Aparece así una cuarta relación sentimental: las amistades.

2.5. Identidad

La autoidentificación de García Bacca como vasco no es más que la consecuencia natural de los aspectos previamente expuestos.

Así, por ejemplo, tras regresar a España, en 1977, después de cuarenta años de exilio, durante su encuentro con Bergamín cuenta García Bacca que su amigo le preguntó: "Juan David: ¿tú qué eres? De repente dices que eres navarro, aragonés, castellano, catalán". "Pepe -respondió García Bacca-, soy navarro, vasco, por nacido en Pamplona; aragonés por mi padre, zaragozano; castellano por mi madre, de Zamora; catalán porque, desde los 17 a los 37 años, hice toda mi carrera -primaria, secundaria, licenciatura, doctorado y profesorado- en Cataluña, en Barcelona sobre todo. Y hablo el catalán , y aun lo escribo, como mi segunda lengua".[11]

Ese mismo año, en una entrevista publicada el 22 de noviembre por el diario madrileño El País, García Bacca insiste: "Soy vasco-navarro, nacido en Pamplona, de padres aragoneses y de formación cultural catalana".

En otra ocasión, cuando refiere su encuentro con el Cardenal Presidente de la Congregación en Roma, dice: "Era un claretiano. Era el Emmo. Arcadio Larraona. Vasco como yo".[12]

Recapitulemos. De lo dicho hasta el momento resultan claras varias cuestiones: la existencia de una vinculación afectivo-sentimental de García Bacca con los lugares de nacimiento y vida infantil; la fuerza de dicha vinculación a pesar del temprano y breve período de su vida transcurrido en esos lugares (los diez primeros años de infancia); las reiteradas alusiones de Juan David al origen vasco de su primer apellido; la existencia de profundas relaciones de amistad con otros vascos. Como consecuencia de todo ello, y de forma concluyente, García Bacca se presenta a sí mismo como vasco, aunque no de manera exclusiva ni excluyente.

Por tanto, filiación o "calidad de", lugares de nacimiento y vivencias infantiles, recuerdos y amistades conforman ya una primera, básica y sólida relación de García Bacca con el entorno vasco: la sentimental. Una relación de la que nuestro hombre deja constancia expresa, pública y reiterada, tal y como tendremos ocasión de comprobar nuevamente, y fundamento de las que seguidamente pasamos a exponer.

3. El "significado" de lo vasco en García Bacca.

Una vez mostradas las vinculaciones o vivencias sentimentales de García Bacca en relación con lo vasco (sentido), nos ocuparemos del aspecto objetivo de la cuestión (significado).

3.1. Identificación de García Bacca como vasco por parte de terceros.

En una entrevista publicada el 15 de junio de 1980 en el diario caraqueño El Nacional, el entrevistador dice de nuestro hombre: "Es vasco, lleva 32 años en Venezuela". Así, pues, a pesar de estar nacionalizado venezolano desde el 29 de noviembre de 1952 (cédula de identidad nº 956577)[13], en Venezuela se le presenta como vasco.

En breve tendremos ocasión de ilustrar nuevamente este aspecto, al comprobar cómo durante un encuentro mantenido por García Bacca con un destacado dirigente del nacionalismo vasco al que le unían lazos de amistad, el filósofo navarro recibió una significativa propuesta por parte de aquel, quien para hacerla apeló a su condición de vasco. Corrían los tiempos de la Guerra Civil del 36.

3.2. García Bacca, un refugiado vasco para una Universidad Vasca.

Decidido a regresar a Cataluña al estallar la Guerra Civil, García Bacca embarcó en el puerto de Bilbao con destino a Hendaya, a donde arribó el 16 de agosto de 1936: "Me enteraron [las amistades de Bilbao] de que al día siguiente salía para Francia un barco en que volvían a Alemania unos camiones Diesel. Los demás pasajeros se colocaron en las cabinas; yo me aposenté en uno de los camiones. Merced a los muelles potentes, en los movimientos violentos que sufría el barco, por el mar movido del Golfo de Vizcaya, oscilaba rítmica y suavemente mi camión. Pude dormir tranquilamente, sin mareo, acunado. Los demás se marearon"[14].

Desde Hendaya, García Bacca se dirigió a Barcelona por Puigcerdá. Durante su estancia en la Ciudad Condal nuestro hombre tendría ocasión de tomar conciencia del riesgo que para su vida suponía su condición de sacerdote en territorio republicano catalán. La delicada situación en que se vio envuelto como consecuencia de sus convicciones republicanas y su estado sacerdotal se resolvió con la decisión de abandonar España. Para conseguirlo, Juan David no dudó en hacer valer su doble condición de vasco y refugiado ante las autoridades e instituciones del Gobierno Vasco en Cataluña, tal como vamos a mostrar seguidamente.

El 5 de noviembre de 1936, el Gobierno Vasco abrió una delegación en Barcelona que denominó "Delegación General de Euzkadi en Catalunya". Tuvo su sede primeramente en un piso cedido por la Generalitat en la calle Valencia, pero ante la falta de espacio fue trasladada a una mansión señorial sita en el nº 60 del Paseo de Pi Margall. Su primer responsable fue Manuel de Irujo, natural de Estella y, por tanto, navarro, como García Bacca.

Manuel de Irujo, ilustre miembro del Partido Nacionalista Vasco, ostentaba en aquel momento el cargo de Ministro sin cartera de la 2ª República Española; cargo del que tomó posesión el 26 de septiembre de 1936. A mediados de octubre Manuel de Irujo llegó a Barcelona acompañando, junto con otros ministros, al entonces presidente de la República Manuel Azaña. Una vez en la ciudad, Irujo se instaló en el hotel Majèstic. Enterados los gestores del Secretariado Vasco de la presencia de Irujo en Barcelona, contactaron con él para proponerle la creación de la mencionada Delegación, cuyo objetivo principal era, según consta en su estatuto de constitución, "proporcionar al Gobierno Vasco una representación adecuada que desarrolle su política, asista a los vascos residentes en Cataluña, proteja sus intereses y sirva de nexo de unión y acercamiento entre Cataluña y Euzkadi".[15]

Acerca de la actividad de Irujo en la Delegación y del significado de ésta leemos: "Manuel de Irujo concebía la Delegación de Barcelona como una especie de embajada o consulado, (...). De acuerdo con esta concepción, se empezó a trabajar con gran intensidad en todas sus instituciones y actividades, haciendo que la Delegación vasca fuera cada día más respetada en Cataluña. Irujo "ayudaba, hacía visitas, presentaba todo, hablaba con todas las entidades, todos los individuos, toda la gente que pudiera sernos de alguna manera útil. Allí se recibieron visitas, se devolvieron visitas, el Cónsul de México, el Cónsul de la URSS, el Cónsul de Argentina, el de Inglaterra... (...). Mientras permaneció en Barcelona, Irujo estableció su domicilio particular en la finca que arrendó en las afueras de la ciudad a Ramón Plá Armengol y Nuria Plá Montseny; la casa-torre nº 114 de la Avda. de Montserrat estaba abierta también a todas las personas afectas a las instituciones vascas. En los primeros meses de vida de la Delegación, Irujo residió la mayor parte del tiempo en Barcelona y atendía personalmente a los vascos que se acercaban en busca de ayuda; los recibía y atendía con su proverbial dinamismo y amabilidad"[16].

Pues bien, expuesto lo anterior, veamos ya su conexión con la figura del filósofo navarro, sacerdote claretiano por aquel entonces y republicano convencido, según confesión propia.

Dice García Bacca: "Leyendo el diario vi que había en Barcelona una delegación vasca para coordinar planes y decisiones. La presidía don Manuel de Irujo; gran amigo mío. Fui a visitarlo. Se sorprendió y encantó de verme. Me dijo: Juan David, vienes a tiempo; estábamos tratando de fundar en Bilbao una Universidad Vasca. Desconcertados: ¿con qué personal vasco, sobre todo, y con títulos? Tú vienes cual llovido del cielo. Yo arreglaré con las autoridades de la República y de Cataluña el que viajes a París. A nuestra delegación. Allí te dirán cuándo has de partir a Bilbao. Te encargarías de la Facultad de Filosofía y Letras. En efecto, al cabo de unos días, salía por avión (de la TECOERE). Al aeropuerto me acompañaron amigos de CNT, de los del teatro"[17].

El episodio anterior permite extraer interesantes conclusiones. Primera, la naturalidad con la que García Bacca acude, como vasco y refugiado, ante las autoridades vascas en Cataluña (Delegación) en demanda de un servicio creado por el Gobierno Vasco al efecto: la ayuda a vascos refugiados. Segunda, ilustra lo afirmado anteriormente sobre las relaciones personales de amistad con otros vascos y sus consecuencias prácticas. Tercera, pone de manifiesto el reconocimiento intelectual y personal del que gozaba, ya entonces, García Bacca. El hecho de que Manuel de Irujo, nacionalista vasco y ministro de la 2ª República Española, ofreciera a García Bacca, sacerdote vasco republicano y catedrático universitario de filosofía, hacerse cargo de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Vasca en Bilbao confirma esta apreciación a la vez que posee matices históricos de relevancia para nuestro tema, que debemos apuntar aquí.

Como hemos visto, una de las actividades de Irujo consistía en hablar con cualquier persona o entidad que pudiera ser de ayuda para los planes y objetivos del Gobierno Vasco. El relato autobiográfico de García Bacca confirma este extremo y nos informa sobre la que podía haber sido su participación en la creación por parte del Gobierno Vasco de una Universidad en Bilbao. Hasta donde sabemos, la única Facultad de dicha institución universitaria que llegó a constituirse fue la de Medicina, que se ubicó en el Santo Hospital Civil de Bilbao, conocido en la actualidad como Hospital de Basurto. En cuanto a la propuesta recibida por García Bacca de encargarse de la Facultad de Filosofía y Letras de la citada Universidad, la cosa no pasó de ahí pues, debido al desarrollo de los acontecimientos, ni tal Facultad llegó a crearse ni el filósofo navarro regresó a Bilbao, sino que, una vez en París, fue enviado a Roma por su Orden.

Pero como no hay mal que por bien no venga, nuestro infortunio fue bien que otros supieron aprovechar. Lo que García Bacca no pudo llevar a cabo aquí debido a las circunstancias sí tuvo ocasión de hacerlo, en cambio, en América: nuestro filósofo fue unos de los colaboradores en la fundación de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela. Corría el año 1946. En dicha Facultad tendría ocasión, también, de ejercitar sus dotes de gestor, al ser elegido Decano en 1956. En 1959 fundó, además, el Instituto de Filosofía, del que sería Director hasta su jubilación, en 1971.[18]

Nos hallamos, pues, ante una oportunidad histórica perdida, y no sólo por el empobrecimiento que para la Filosofía en el País Vasco en particular, y en España en general, supuso la ausencia de García Bacca de la docencia y gestión universitarias sino, también, porque la creación de una Facultad de Filosofía dentro de un marco universitario vasco pudo haber sido una contribución decisiva a la hora de poner fin a la azarosa situación histórica que ha caracterizado secularmente a la Filosofía en nuestra tierra, cabiéndole a García Bacca el honor de ser uno de los principales responsables de dicho final[19].

Del empobrecimiento que para la Filosofía y para nuestro país supuso la mencionada ausencia de García Bacca de la docencia y gestión universitarias podemos tomar conciencia a través del siguiente hecho. Según confesión del propio García Bacca, su intención al exiliarse era la de volver a España, pues confiaba en la victoria de la República. Sin embargo, el reconocimiento de la España franquista por parte de la ONU le hizo perder toda esperanza: "Por tal factum infausto -dice nuestro hombre- los republicanos quedábamos sin pasaporte. No íbamos, no iba, a solicitar un pasaporte español, de Franco. Quedaba atascado donde estaba. Por suerte, en Venezuela desde 1947. Sin posibilidad de salir. El recurso más natural era el de naturalizarse venezolano. (...). Naturalizarse, aparte de estado jurídico, es, como acabo de decir, "entregarse íntegramente"...". Naturalizado yo, intenté, me esforcé en, la formación filosófica de estudiantes que con los años llegarían a ser profesores, investigadores, rectores, ministros y autores de obras estimables en filosofía actual".[20]

3.3. Informes oficiales franquistas sobre las actividades de un sacerdote vasco republicano en París.

Pero regresemos a Roma. Una vez allí Juan David, el Superior General de la Orden le envió al Cardenal Presidente, circunstancia cuya narración García Bacca aprovecha para poner de relieve la condición de vasco de esa persona y, en consecuencia, una vez más, la propia: "Coincidía el que el cardenal que presidía la congregación pertenecía a nuestra congregación. Era un claretiano. Era el Emmo. Arcadio Larraona. Vasco como yo. Pero con una diferencia, entre otras, decisiva. Era tenido como santo por su vida y costumbres"[21].

En 1937 nuestro hombre fue enviado por sus superiores a París donde, entre otras actividades, Juan David desarrolló labores propagandísticas en favor de la República.[22]

Respecto de las actividades de García Bacca en París, hemos podido acceder a cierta documentación oficial inédita que, entre otras cosas, le relaciona con la memoria de un trágico suceso tristemente célebre en la historia del País Vasco: el bombardeo y destrucción de Gernika durante la última guerra civil.

Esta documentación, conservada y custodiada actualmente en el Archivo del Nacionalismo que la Fundación Sabino Arana gestiona en la localidad vizcaína de Artea, consiste en una serie de informes oficiales procedentes de Francia que ponen de manifiesto el seguimiento del que fue objeto el filósofo navarro por parte de las autoridades franquistas.

En la carpeta de legajos clasificada con la signatura CR-21-7, entre cuyos documentos figuran varios con el sello de "confidentielle", se conservan cinco hojas fechadas entre 1938 y 1939 que guardan constancia de las idas y venidas políticas y religiosas parisinas de García Bacca.[23]

A continuación resumimos y ordenamos las informaciones más relevantes suministradas por estos documentos, cuya copia se incluirá como anexo a la conferencia en la publicación de las Actas del Congreso.[24]

El primer documento es una nota anónima manuscrita en francés, cuyas tachaduras denotan urgencia. La nota, fechada el 20 de diciembre de 1938, lleva por toda presentación un lacónico y subrayado "David García BACA" (sic.). La traducción al español del contenido íntegro de dicha nota es como sigue:

"Hermano de la Orden del "Corazón de María" pertenece a la misión española -51- calle de la Pompe. Profesor de Filosofía en la Universidad de Santiago de Compostela. -se entrevista con el Cardenal Verdier y altas jerarquías eclesiásticas francesas a fin de obtener la tregua de Navidad- Ha declarado obrar en nombre de un importante sector del clero español- Se piensa que ha actuado según las instrucciones de la embajada española con la cual está relacionado. Se encuentra en la base de una violenta polémica suscitada por la "Voz de Madrid" contra el Obispo de Calahorra, Monseñor García Martínez, en relación a supuestas declaraciones que éste último habría hecho en uno de sus viajes a París".[25]

Este documento pone de manifiesto dos hechos: la participación de García Bacca en las gestiones a favor de la tregua navideña de 1938 y la alusión a una fuerte polémica con el Obispo de Calahorra.

Pues bien, en relación con la aludida polémica con el Obispo de Calahorra, una casualidad quiso que halláramos en otro lugar la clave para su comprensión. En 1999 apareció una colección de imágenes de la Guerra Civil española con el título ¡Nunca más! Imágenes de guerra 1936-1939. Acompañan a estas imágenes fragmentos de declaraciones de personas de la época. En uno de ellos puede leerse: "Recuerdo aún exactamente algunos detalles que precisan el sentido y alcance de las auténticas declaraciones del señor obispo [Monseñor Fidel Martínez, Obispo de Calahorra]. Por ejemplo, cuando contaba, paseándose por el claustro de la Misión, que Guernica fue destruida por la aviación franquista, añadía, sonriéndose maliciosamente: -Naturalmente, cuando hablamos en público decimos que fueron los rojos. Pero quienes estamos al corriente de cuanto sucedió, nos miramos y nos comprendemos...".[26]

Bajo la cita transcrita reza: "R. P. Juan David García Bacca".

Estas palabras de García Bacca poseen un evidente valor testimonial acerca de la autoría de la destrucción de Gernika durante la Guerra Civil; una autoría que fue vox populi en Euskadi desde el principio, oficialmente negada y ocultada, en cambio, por el franquismo y que, finalmente, la labor de los historiadores ha conseguido demostrar fehacientemente.

En cuanto a las otras cuatro hojas mencionadas, se trata de tres informes relativos a las actividades y gestiones de García Bacca ante el Cardenal francés Verdier para conseguir la citada tregua navideña.

El primero de estos informes, fechado el 22 de diciembre de 1938, escrito en hoja con membrete y sello de la Misión Española en París, va dirigido al entonces Embajador Español en París José Quiñones de León. Tras los preceptivos saludos y fórmulas de adhesión al régimen de Franco, el autor, el capellán de la Misión, pone al corriente al Embajador de la situación jurídica de García Bacca.

El documento nos permite saber: que el 21 de diciembre de 1938 el Embajador y el Superior de la Misión mantuvieron una entrevista "sobre la conducta inconcebible de dicho Sr. David Garcia, al arogarse (sic.) una personalidad de la que carece ante el Arzobispado de París"; que la sentencia de dimisión de la Congregación le fue dada a García Bacca el 12 de noviembre de 1938, y ratificada por la Santa Sede el día 30; que desde el 26 de octubre García Bacca vivió separado de hecho de la Congregación sin que supieran ya más de él; que el día 10 de diciembre le fue comunicada a la Diócesis de París la no pertenencia de García Bacca a la Comunidad de la Misión ni a la Congregación, hecho que vuelve a notificársele el día 22.

El siguiente documento está fechado en París el 27 de diciembre de 1938. Se trata del informe enviado por el Embajador Español al Ministro de Asuntos Exteriores Conde de Jordana, en Burgos. En ella le hace saber que García Bacca tuvo "un papel muy activo" en la propuesta de tregua navideña, iniciativa que partió "según se dice de la Embajada roja en París".

En el último de estos documentos figura el agradecimiento del Ministro al Embajador por la información recibida sobre las actividades de García Bacca, a la vez que le insta a seguir investigándole. La hoja lleva membrete del Ministerio de Asuntos Exteriores y está fechada en Burgos, el 13 de enero de 1939.

3.4. Mundo popular vasco y filosofía garciabacquiana. Una aproximación hermenéutica.

La posibilidad de hallar en la obra de García Bacca alguna conexión entre su pensamiento filosófico y un entorno cosmovisional vasco exige la explicitación de unos previos que posibilite, a la vez, la aproximación paulatina al tema.

En primer lugar, adviértase lo que afirma García Bacca cuando, en una de sus últimas obras, dice: "La disyunción "vivible-invivible" es independiente de la clásica "verdadero-falso". Y la primera es tan extensa, y más potente, que la segunda. Así que "vivible-invivible" ni refuta ni confirma su "verdad o falsedad". Que una concepción del universo (para emplear esta frase) se decida por preferir el criterio de "verdad o falsedad" sobre el de "vivible o invivible", es asunto de una decisión a denominar "metafísica" (u ontológica), anterior a toda otra posición. Otra concepción del universo podrá, y se caracterizará por haberse decidido (o hallarse con que se ha decidido) por preferir "vivible-invivible" a "verdadero-falso". Y lo mismo respecto de Ciencia, de Racionalismo"[27].

Este texto remite a ideas y cuestiones que aparecen en la obra de García Bacca desde su abandono del neotomismo en los años treinta, y que a partir de entonces constituyen una de las claves de su pensamiento: la función ontológica que los sentimientos y sentimentalidades desempeñan respecto de la discursividad racional; cuestión aludida al comienzo de nuestra exposición al advertir la diferencia observada por el filósofo navarro entre "sentido" y "significado".

Pues bien, desde este fondo de inteligibilidad apuntado, la alusión expresa y reiterada de García Bacca a su condición de vasco no debería tomarse en un sentido meramente descriptivo ni folclórico. Por el contrario, tendría que hacernos sospechar, más bien, que dicho trasfondo sentimental estaría actuando real, vitalmente, en su tantum, en la configuración del pensamiento intelectual garciabacquiano.

Ortega y Gasset, uno de los autores clave para llegar a los entresijos del pensamiento de García Bacca, expone bien esta cuestión cuando al distinguir entre ideas y creencias dice: "Cuando se quiere entender a un hombre, la vida de un hombre, procuramos ante todo averiguar cuáles son sus ideas", pero es un "enorme error (...) querer aclarar la vida de un hombre o de una época por su ideario; esto es, por sus pensamientos especiales, en lugar de penetrar más hondo hasta el estrato de sus creencias más o menos inexpresas, de las cosas con que contaba (...). Hacer esto, fijar el inventario de las cosas con que se cuenta, sería, de verdad, construir la historia, esclarecer la vida desde su subsuelo".[28]

Teniendo presente lo anterior, atendamos ahora a los comentarios que el propio García Bacca hace respecto de sus sentimientos al escuchar la Séptima Sinfonía de Beethoven, un caso particular que, sin embargo, resulta clave al permitir comprobar que para el filósofo navarro la conexión entre sentimientos e intelecto resulta "verdad vital", es decir, vivencia real experimentada-y-experimentable por él que desborda el marco de lo teórico-racional y, por lo tanto, pertenece a otro ámbito "diverso" del regido por el tipo de oposición verdadero-falso: "La primera parte de ella la escuchaba yo como uno de tantos oyentes. Pero al llegar a oír la segunda, me sentí personalmente aludido en mi calidad de griego. El segundo apellido de padre era Barrancos, que es la misma palabra que el phárangos griego. El primer apellido era García, vasco. La música de Beethoven procedía no al paso del hexámetro, sino del octómetro. Siempre, en ambos casos, dáctilo y espondeo. Escúchela el lector, que es oportuno caso, e instructivo, del sonar de hexámetro y octómetro. Siempre griego clásico. Yo me sentí griego clásico. Hasta entonces -y a pesar de lo mucho que vanidosamente y científicamente creía saber griego- era sólo entenderlo como uno de tantos helenistas -menos que muchos de ellos- que lo oían; mas no personalmente: no lo sentía. Supe experimentalmente, durante y por virtud de tal melodía, lo que era sentirme griego. Yo como persona. Tal tema me afectaba a . Lo era, lo estaba siendo. Lo demás de la Séptima me sonaba como dirigido a uno de tantos"[29].

Otro caso similar lo hallamos a propósito de su traducción de las Obras Completas de Platón: "El año 1970 quedé jubilado. Toda jubilación es, en cierta manera y grado, ocasión propicia, y aun deber, de hacer examen de conciencia y balance de ¿a quién debo más? Y pagar en su cuantía y mérito. Sin duda alguna, a quien debo más es a Platón. Manera de pagarle: traducir sus Obras Completas. No es lugar ni tiempo declarar el tipo de traducción adoptada. El deber abarcaba traducir todas: desde las auténticas hasta las dudosas y espúreas. Así lo hice. Traduje todas: Banquete, Fedro, República, con gana grande y constante; las demás a desgana, pero a conciencia y paciencia. Leyes, Timeo, Sofista, Parménides, Político... son el deber. Y lo cumplí. Mi gana helénica, griega, quedó satisfecha"[30].

Aunque no tan explícitos como en el caso de la griega, en la obra escrita de García Bacca también es factible hallar textos interpretables en referencia a la conexión entre una posible "gana" vasca y su pensamiento intelectual. Así, en cierto escrito dice: "¿Cuales son las rebajas que introduce Heidegger en las cuentas del gran capitán Husserl, y, a través de él, en toda la filosofía anterior? Cuando le preguntan a un vasco: ¿qué haces ahí? responde: estoy. El ser del agua, entendiendo por ser su composición química, puede encontrarse en diversos estados: sólido, líquido, gaseoso o vapor; estados que no alteran su ser sus leyes básicas. Toda la filosofía clásica -y en clásica se comprende hasta Heidegger exclusive, Husserl, Kant, Descartes, medievales, griegos inclusive- supusieron que se identificaban ser y estar. Y hasta sus mismas lenguas se prestaban a tamaña confusión, y algunas todavía continúan prestándose a ella, y ciertas filosofías cultivan amorosamente el mismo defecto"[31].

Pues bien, adviértase que a la respuesta técnica precede, a modo de presentación, una expresión de carácter popular. No es éste un hecho casual, sino frecuente en el estilo de filosofar de García Bacca fundamentado en su consideración de que el pensar, así como su correspondiente formulación lingüística, acontecen ya dentro del marco establecido previamente por la gama de sentimientos y sentimentalidades surgidos de la forma de estarse viviendo la vida humana en una época y lugar determinados. Este fondo o substrato sentimental es independiente y previo a las funciones intelectuales que sobre él se erigen y decide sobre aquello que puede o no ser pensado, así como el modo de serlo y los correspondientes criterios de verdad, validez o certeza. Desde esta perspectiva, filosofar sólo es posible circunstanciadamente; filosofar es siempre filosofar encarnado o enraizado (con "sentido"), nunca universalismo abstracto. Por lo mismo, diferenciará García Bacca entre "verdad vital" y "verdad científica".

Desde esta perspectiva, el lenguaje popular se encontraría para García Bacca más próximo a la experiencia vital original (sentido) que el lenguaje intelectual del que se sirve la vida en funciones intelectuales ("re-flexión"), es decir, las realizadas desde un mayor distanciamiento ("formalización" como operación de aproximación al "significado") respecto de lo que ella misma, la vida, es y siente primera y primariamente.

Todo lo anterior remite al tema-problema de las concepciones del mundo, bien como cosmovisiones (weltanschauung), mentalidades populares o inconscientes colectivos, que se reflejan en sus correspondientes constructos culturales, como el lingüístico o el narrativo. Y también es cierto que este tipo de perspectivas pueden hacerse derivar fácilmente hacia la cuestión de las filosofías nacionales. Pero no es este nuestro propósito, sino únicamente el de indicar una posible línea de investigación de corte hermenéutico-simbólico sobre el filosofar de García Bacca.

Lo que planteamos, siempre respetando la perspectiva del propio autor, es que el empleo de dicha expresión popular para introducir una cuestión ontológica de tanta relevancia en su filosofía estaría poniendo de manifiesto su valoración de la misma como expresión a través de la cual transparenta una concepción del mundo, en este caso la vasca, en la que el "estar" prima frente al "ser". Con ello, García Bacca estaría haciendo de esta fórmula salutativa paradigma ontológico de sabiduría popular o, más exacta y garciabacquianamente expresado, de "prefiguración" sida (sentida y vivida), no reflexionada aún, de la verdad ontológica que la física cuántica, primero, y la filosofía existencialista heideggeriana, después, han descubierto y expresado cada una a su modo: que lo real en cualquiera de sus formas y niveles entitativos no consiste en "ser" sino en "estar", resultando el ser únicamente un "nudo", "haz" o "sistema", esto es, "actividades relacionadas" en estado pasajero (estar o estar siendo)[32].

La distinción entre "ser" y "estar" es una de las claves ontológicas y metafísicas de la filosofía garciabacquiana que nuestro autor trabaja ampliamente en sus obras con irreprimido gusto y gana vitales; gana y gusto cuyo origen difícilmente podría hallarse en su ser y sentirse griego clásico pero sí, en cambio, en el vasco según lo indicado.

Si apretamos un poco más la interpretación hermenéutica, encontramos que la preferencia de García Bacca por el "estar" frente al "ser" encuentra expresión simbólica en el pensamiento mitológico vasco en la figura de Mari, divinidad suprema del panteón vasco cuyo poder se revela en parte en su capacidad para transformarse en los seres más diversos (cambios de estado). Aunque rasgo común del pensamiento mítico-mágico, es este un elemento muy marcado en el caso de la mentalidad popular vasca coincidente, además, con la circunstancia de que tal divinidad suprema posee forma femenina. Mari, quien se aparece a los seres humanos normalmente en forma de hermosa mujer que, espejo en mano, peina sus largos y dorados cabellos, simboliza la naturaleza, sus fuerzas y poderes (Barandiarán, Ortiz-Osés); es la diosa madre (mater-materia) naturaleza.[33] Por tanto, según esta interpretación, en el pensamiento mitológico vasco la naturaleza-materia presentaría, al menos, dos propiedades básicas: la de supremo poder (divinidad de Mari) y la transformabilidad (capacidad de Mari para cambiar de estado).

Pues bien, ambos caracteres, omnipotencia y transformabilidad, son trabajados y destacados intelectualmente por García Bacca en sus obras, también con evidente deleite vital-sentimental, como propiedades de la sustancia básica del universo (materia-energía) tal como la descubre y entiende la física actual, siendo éste otro de los pilares de su pensamiento filosófico.

Quede aquí esta indicación-sugerencia de corte hermenéutico como posible línea de investigación sobre el pensamiento de García Bacca.

3.5. El entorno tecnológico vasco

A pesar de todo lo expuesto, entendemos que la relación más importante de García Bacca con el entorno vasco está por venir, y es de tipo intelectual. Su establecimiento significaría la superación de la relación institucional-intelectual truncada por el exilio, evitando así que se convierta en definitiva. Deseamos, y es también el espíritu de este homenaje con el que la Universidad de Deusto de Bilbao ha querido conmemorar el centenario del nacimiento del filósofo navarro, que esa relación rota no acabe por serlo indefinida, sino que se restablezca transformándose así en una relación simplemente diferida y, por ello mismo, indefectiblemente actualizada.

Desde esta consideración, la relación más sugerente, inmediata y evidente que en la actualidad cabe establecer a fin de recuperar la figura y el pensamiento de García Bacca para fecundar con él el panorama intelectual y cultural de nuestro entorno más próximo es, a nuestro juicio, la que tiene como fundamento la reflexión sobre la tecnología. La razón para esta afirmación radica en la conexión tecnológica, pues si el filósofo navarro es un pensador de la técnica, el Vasco es un País que ha apostado decididamente por la técnica como motor de su futuro, de su desarrollo económico, social, político y cultural. Dicho garciabacquianamente, el Vasco ha decidido ser un País "a la altura de la ciencia y técnica actuales". Debería aprovecharse, por tanto, cualquier elemento que permitiera incrementar la sinergia en ese sentido, y entendemos que el pensamiento de García Bacca sobre la técnica, por sus características y universalidad, puede convertirse en uno de esos elementos.

Para comprender mejor la relación que proponemos, su importancia y pertinencia, consideramos oportuno aproximarnos, siquiera brevemente, a la realidad tecnológica del País Vasco.

a) Aproximación "filantrópico humano jurídica"

La realidad tecnológica vasca parte de un hecho que la condiciona fuertemente: la ausencia de competencias en materia de Ciencia y Tecnología. A pesar de ello, en la década de los ochenta la Comunidad Autónoma del País Vasco (CAPV) decidió realizar una apuesta histórica por la técnica, que en la actualidad también lo es por la ciencia, como motor de su progreso en todos los terrenos. Como consecuencia, y por vez primera en su historia, el País Vasco, poseedor de una larga e importante tradición industrial, articuló una Política Tecnológica, la cual se materializó en el Plan de Tecnología Industrial 1993-1996 (PTI). Le siguió el Plan de Ciencia y Tecnología 1997-2000 (PCT). Actualmente se encuentra en vigor el nuevo Plan recientemente aprobado: el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2001-2004 (PCTI). Tres Planes Tecnológicos consecutivos que en un corto espacio de tiempo han conseguido vertebrar y consolidar la denominada Red Tecnológica Vasca, organismo integrador de todos los agentes tecnológicos de Euskadi (Instituciones políticas, económicas y universitarias, empresas, organismos de investigación, etc..., sean públicos o privados, vascos, estatales o internacionales). Pues bien, dicha Red es generadora de sinergias que modelarán de forma irreversible la personalidad de nuestro pueblo, actualizándolo científica y tecnológicamente.

En el propio PCTI se reconoce este aspecto clave para nuestro futuro. Así, vg., los dos objetivos fundamentales de la Investigación Básica no Orientada fijados para este Plan son "Elevar el nivel de conocimiento como un bien en sí mismo y, en este sentido, contribuir por parte de la comunidad científica vasca al desarrollo de la Humanidad. Fomentar la investigación como herramienta estratégica de valor para la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos vascos y de la competitividad empresarial en el medio y largo plazo".[34]

Y en otro lugar del mismo Plan Tecnológico: "La política de ciencia, tecnología e innovación posee una importancia estratégica como herramienta de valor indiscutible para el desarrollo económico y social de la sociedad vasca. Esto supone la necesidad de formular desde un principio un adecuado planteamiento y un enfoque eficaz a la hora de desarrollar un Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación como el que aquí se presenta. El reto consiste en saber adoptar un verdadero enfoque de País que integre y aglutine de forma sinérgica todas las actuaciones con contenidos Científico-Tecnológicos y de Innovación de las distintas áreas de la Administración y de los diferentes agentes implicados de la Sociedad. Enfoque que avance además en la integración de las dimensiones económica, sociales, culturales y ambientales que implica una Política de Ciencia y Tecnología de carácter integral".[35]

También se afirma que "Emerge así una nueva forma de entender y ver el mundo (la aldea global) soportado en un nuevo entorno (la sociedad del conocimiento) que facilita transacciones instantáneas de información y de conocimiento y que conforman la base de una nueva sociedad. La incidencia de este nuevo modelo emergente está siendo y será, como mínimo, equivalente a otras revoluciones que han surgido a lo largo de la Historia (Neolítico, Revolución Industrial) y que cambiaron también el orden mundial establecido en todos sus ámbitos. En este nuevo entorno las implicaciones transcienden al conjunto de la sociedad. Es, por tanto, responsabilidad de todos y, en especial, de las instituciones públicas que todos los ciudadanos de la comunidad tengan acceso y participen de este nuevo modelo de sociedad. Es, además de una exigencia de competitividad, una exigencia de solidaridad. Los más afortunados y privilegiados tendrán de una u otra forma su oportunidad. Determinados grupos y estamentos sociales no la tendrán si no es con un apoyo institucional preferente. En todo caso, es necesario ser conscientes de este proceso imparable".[36]

Y continúa: "En este proceso, la innovación debe ser entendida, (...), como un proceso colectivo que implica el compromiso progresivo y unánime de la sociedad y que exige de ella disposición para admitir, tolerar y aprovechar los cambios y ajustes permanentes que supone la implantación de nuevas ideas. Cambios que deben ser, además, perfectamente asimilados para evitar cualquier proceso de fractura social y marginación".[37]

En definitiva, y como objetivo general, en el PCTI se señala que "La Visión del País Vasco en el Ámbito de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación se sintetiza en los siguientes términos: Un País, innovador, científicamente y tecnológicamente avanzado dotado de las capacidades necesarias para inventar su propio futuro sobre las bases de la sostenibilidad en una Sociedad solidaria con un renovado espíritu emprendedor y basada en el conocimiento como motor del desarrollo personal y profesional de todos los ciudadanos"; "El objetivo es convertir al País Vasco en un núcleo de ciencia y tecnología de referencia en el ámbito europeo".[38]

Se trataría, pues, de nuevo y garciabacquianamente dicho, de lograr un País Vasco "a la altura de ciencia y técnica actuales", lo que nos remite directamente a las reflexiones del filósofo navarro sobre la "Empresa" humana de crear "Sociedad".[39]

b) Aproximación "filantrópico humano económica".

Presentamos a continuación algunas cifras económicas que permiten concretar el anterior discurso cuantificando tanto la importancia de la apuesta mencionada como el esfuerzo invertido en su realización. Comprenderemos así mejor el interés que posee la reanudación de la relación intelectual entre el entorno vasco y García Bacca, al menos en lo que respecta a su Filosofía de la Técnica que, por sus características, es tanto como decir a todo su pensamiento.

Actualmente la CAPV dispone de tres Parques Tecnológicos, uno por provincia, con actividades complementarias que evitan solapamientos inútiles. El primero de ellos en crearse, pionero en España y modelo también para otros europeos, fue el de Zamudio, en Bizkaia, en 1985.

A diciembre de 2000, en los Parques Tecnológicos vascos había un total de 185 empresas de la más alta cualificación en I+D a nivel mundial, ubicadas en una superficie total de 1.414.000 m2. Contaban con 7.696 empleos y habían facturado 1.259 millones de euros.

Con relación al impacto inmediato del PCTI, puede resumirse como sigue: recursos movilizados por valor de 2.200 millones de euros; participación de 2.000 PYMES en las distintas actuaciones; formación de 200 investigadores en áreas de investigación estratégica para el País Vasco; creación de 125 empleos directos en I+D en Centros de Investigación Estratégica; generación de 200 nuevos productos comercializables; creación de 160 nuevas empresas de base tecnológica; generación de 1.600 nuevos empleos directos.

En cuanto a sus objetivos cuantitativos: conseguir realizar en el año 2004 un esfuerzo en I+D equivalente al 1,70% del PIB de la CAPV, lo que supone un incremento del 43% respecto del año 2000 y una tasa interanual de crecimiento cercana al 9,4%; lograr un esfuerzo en I+D empresarial del 1,28% sobre PIB, (0,9% en 1998); conseguir para el cuatrienio 2001-2004 un incremento constante del esfuerzo de innovación global a una tasa interanual estimada del 7,5% y pasar del 5,05% del PIB estimado para 1998 a un 6,01% en el año 2004; conseguir un esfuerzo innovador en las empresas industriales del 3% de su volumen de negocio para el 2004 (2,22 en 1998); equiparar el número de investigadores del Sistema Tecnológico Vasco a la media europea logrando un ratio de investigadores sobre población activa del 5 por mil y de investigadores en empresas del 3 por mil; acercar el stock tecnológico (I+D por habitante) y el stock de recursos humanos en ciencia y tecnología de la CAPV a los niveles medios europeos; mejorar el saldo de la Balanza Tecnológica de la CAPV, en función, principalmente, del esfuerzo innovador de las empresas vascas.[40]

Si ahora consideramos estos datos en relación con la pequeña extensión territorial de la CAPV (7.234.800 Km2) y su número de habitantes (2.064.800),[41] se podrá comprender la importancia y magnitud del esfuerzo realizado en materia de ciencia y tecnología, que la sitúa como pionera en el conjunto del Estado. Por lo mismo, se puede imaginar, siquiera de forma global, la trascendencia que la ciencia y la técnica tienen y tendrán en la configuración actual y futura de la economía, sociedad y cultura vascas.

Ante este estado de cosas, a quienes conocen el pensamiento de Juan David García Bacca habrá de resultarles forzosamente evidente que la reflexión de este filósofo vasco-navarro, considerado actualmente entre los principales intelectuales y pensadores de la técnica del siglo XX, tiene mucho que ofrecer al mundo vasco del siglo XXI, que ha decidido hacer de la ciencia y de la técnica elementos básicos de su desarrollo y progreso actuales y futuros en todos los terrenos.

En este sentido, la obra y el pensamiento de García Bacca pueden ayudarnos a comprender mejor la profundidad de la técnica como fenómeno humano característico y sus implicaciones no sólo económicas sino también antropológicas, históricas, sociales, metafísicas, cósmicas, y hasta teológicas, y ello porque, como hemos demostrado en otro lugar, uno de los méritos de García Bacca como pensador de la técnica es, entre otros muchos, el de haber elaborado una Filosofía de la Técnica que integra de manera peculiar y original las dos tendencias básicas de la Filosofía de la Técnica: la ingenieril y la de las humanidades[42].

La reflexión de García Bacca sobre la técnica puede orientarnos sobre el modo de evitar reduccionismos del fenómeno tecnológico, especialmente de corte economicista al que tan propensos somos y, en consecuencia, a valorar la multidimensionalidad de dicho fenómeno poniendo de manifiesto otras de tipo óntico-metafísico y antropológico implicadas por el carácter creador y humanizador del mundo y del propio hombre que posee la técnica. Su Filosofía de la Técnica, en definitiva, puede ayudarnos en la tarea de orientar antropológicamente el desarrollo tecnológico evitando la reducción del ser humano al papel de simple medio instrumental. Y todo ello, además, con la ventaja añadida de hacerlo desde un ámbito cultural e histórico común y próximo, ocasión poco frecuente considerando la procedencia de las principales corrientes y autores en la materia.

La recuperación del pensamiento de este intelectual para nuestra cultura debería servir, al menos de modo inmediato, para explotar el filón que representa su Filosofía de la Técnica como "input" acorde con la apuesta actual de Euskadi por la tecnología y la Sociedad de la Información y del Conocimiento, pues no en vano el PCTI lleva por subtítulo: "El conocimiento, herramienta de progreso en una sociedad avanzada". Este es, a nuestro juicio, el vínculo más evidente sobre el que fundamentar una nueva, actual y más prometedora relación entre García Bacca y el entorno vasco capaz, además, de rehacer en lo posible la truncada por el exilio. Conseguirlo sería, si duda, uno de los mejores homenajes que podríamos ofrecer al filósofo navarro en el centenario de su nacimiento.

4. Conclusiones

Las relaciones mostradas anteriormente de García Bacca con el entorno vasco permiten abrir una nueva vía para la recuperación de su figura y pensamiento, y hacerlo de manera que resulten elementos fecundadores de nuestro contexto socio-cultural e intelectual más próximo. No se trata, en ningún caso, de una vía estrecha y provinciana, sino de una estrategia de recuperación del autor desde la acción local que posibilite actualizar y dinamizar dicho contexto con la potencia de su pensamiento. Con tal actuación local se pretende, igualmente y a la vez, contribuir a la recuperación de este pensador para un marco cultural e intelectual amplio en el que no quepan identificaciones dogmáticas y excluyentes de ningún tipo y sí las diferencias enriquecedoras.

En virtud de todo lo expuesto, la consideración de García Bacca como filósofo vasco estaría de acuerdo con la propuesta del Dr. Javier Muguerza en su lección inaugural de recuperar a los intelectuales del exilio desde un "cosmopolitismo con raíces", siendo lo expuesto aquí un modo de hacerla realidad.

Con nuestra intervención hemos querido contribuir al enriquecimiento del patrimonio cultural y científico propio y, por lo tanto, común, presentando una de las raíces que sostuvieron y nutrieron la dilatada y ajetreada vida personal e intelectual de Juan David García Bacca. Hemos querido presentar este aspecto del filósofo navarro, sobre el que no tenemos constancia de la existencia de otros estudios o investigaciones, con la esperanza de aportar datos y perspectivas que contribuyan a comprender mejor la complejidad y riqueza que destilan su personalidad y pensamiento, enemigos por igual del universalismo abstracto y del particularismo miope, siempre dogmáticos y estériles en su comprensión y trato con lo real.

 

Notas

[1] BEORLEGUI, C., "El pensamiento filosófico en el País Vasco: ayer y hoy. Una primera aproximación", en HEREDIA, A. (ed.), Mundo Hispánico-Nuevo Mundo: visión filosófica, Universidad de Salamanca, Salamanca, 1995, p. 428.

[2] GARCÍA BACCA, J. D., Curso Sistemático de Filosofía Actual (Filosofía, Ciencia, Historia, Dialéctica y sus aplicaciones), Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1969,  pp. 17-18.

[3] GARCÍA BACCA, J. D., Confesiones, Autobiografía íntima y exterior, Anthropos, Barcelona, 2000, p. 99. Aunque el dato biográfico referente al lugar natalicio corresponda, en rigor, al ámbito del “significado”, lo incluimos aquí por el hecho de que, dada la situación administrativa de Navarra y la controversia sobre el vasquismo o no de lo navarro, la afirmación de García Bacca declarándose vasco por nacido en Pamplona hay que situarla en el ámbito de los sentimientos y vivencias personales de su autor y, por ello, en el del “sentido”. 

[4] BEORLEGUI, C., El pensamiento de Juan David García Bacca en el contexto del exilio republicano, edición particular, Bilbao, 1992, cap. 1.

[5] GARCÍA BACCA, J. D., Confesiones, cit., p. 47.

[6] GARCÍA BACCA, J. D., Sobre Virtudes y Vicios. Tres ejercicios literario-filosóficos,  Anthropos, Barcelona, 1993, p. 16.

[7] GARCÍA BACCA, J. D., Confesiones, cit., p. 92.

[8] Cf. MOGROBEJO, E., Diccionario etimológico de apellidos vascos, Editorial Mogrobejo-Zabala, Bilbao, 19963, p. 90.

[9]  GARCÍA BACCA, J. D., Confesiones, cit., p. 53.

[10] GARCÍA BACCA, J. D., op. cit., p. 54.

[11] GARCÍA BACCA, J. D., op. cit., p. 99.

[12] GARCÍA BACCA, J. D., op. cit., p. 61.

[13] Cf. PERDOMO de GONZÁLEZ, M., Bibliografía de Juan David García Bacca, Universidad Central de Venezuela, Caracas,  1981, p. 7.

[14] GARCÍA BACCA, J. D., Confesiones, cit., p. 54-55.

[15] Cf. ARRIEN, G.; GOIOGANA, I., El exilio vasco de la guerra del 36. Cataluña-Francia. 1936-1940, inédito, p. 125. Agradecemos a Iñaki Goiogana su amabilidad al permitirnos acceder y publicar estas informaciones contenidas en dicha obra.

[16] ARRIEN, G.; GOIOGANA, I., op. cit., pp. 135-137.

[17] GARCÍA BACCA, J. D., Confesiones, cit., p. 60.

[18] BEORLEGUI, C. "El pensamiento de Juan David García Bacca, un filósofo navarro desconocido", Príncipe de Viana (Pamplona), VI.6 (1986), p. 218.

[19] Sobre dicha situación histórica, Cf. BEORLEGUI, C., "El pensamiento filosófico en el País Vasco: ayer y hoy. Una primera aproximación", cit.

[20] Cf. GARCÍA BACCA, J. D., Confesiones, cit., pp. 87-88.

[21] GARCÍA BACCA, J. D., op. cit., p. 61.

[22] Cf. GARCÍA BACCA, J. D., op. cit., pp. 62-63

[23] Estos informes (carpeta CR-21-7) pertenecen al archivo de la Comisión de Recuperación de Material en Francia, entidad constituida para posibilitar la gestión por parte del gobierno franquista de la incautación de las propiedades de las organizaciones e instituciones republicanas en Francia, Bélgica y Holanda. Tras la ocupación alemana de París en junio de 1940, la mencionada Comisión de Recuperación se ubicó en los locales del Partido Nacionalista Vasco (Avda. Marceau, nº 11), parte de los cuales le habían sido cedidos al Gobierno Vasco. Con la liberación de París, en 1944, el PNV recuperó sus locales y, con ellos, su documentación no destruida o enviada a España por los franquistas, así como la documentación generada por la Comisión de Recuperación durante su labor allí. Conservados por el PNV, estos documentos se encuentran definitivamente en el Archivo del Nacionalismo, en Artea. Debemos agradecer al Archivo del Nacionalismo, y muy especialmente a su coordinador, Eduardo Jauregi, las facilidades para la consulta de dicha documentación.

[24] Agradecemos, igualmente, al Archivo del Nacionalismo y a la Fundación Sabino Arana su amabilidad al concedernos los permisos para reproducir y hacer públicos los referidos informes.

[25] Agradezco a mi esposa, Arantza, la traducción del documento.

[26] ARRIETA ALBERDI, L.; BARANDIARAN CONTRERAS, M., ¡Nunca más! Imágenes de guerra 1936-1939, Fundación Sabino Arana, Bilbao,  1999, s/p. Según información de las autoras, la cita procede de la obra de BASALDUA P., En defensa de la verdad, p. 109.

[27] GARCÍA BACCA, J. D., Sobre Filantropía. Tres ejercicios literario-filosóficos, Anthropos, Barcelona, 2001, pp. 107-108.

[28] ORTEGA Y GASSET, J., "Ideas y creencias", cap.1, sec.I.

[29] GARCÍA BACCA, J. D., Confesiones, cit., p. 92.

[30] GARCÍA BACCA, J. D., op. cit., p. 97.

[31] GARCÍA BACCA, J. D., "Soy, mas: estoy", en Existencialismo, Universidad Veracruzana, Xalapa (México), 1962, pp. 53-54.

[32] Cf. GARCÍA BACCA, J.D., "La Filosofía, ciencia de los panoramas intelectuales", Ilustración del Clero (Madrid) XXXIV.572 (1930).

[33] Cf. vg.: BARANDIARÁN, J. M., Diccionario Ilustrado de Mitología Vasca, La Gran Enciclopedia Vasca, Bilbao, 1972; ORTIZ-OSÉS, A.; MAYR, F. K., El matriarcalismo vasco, Universidad de Deusto, Bilbao, 1981.

[34] GOBIERNO VASCO, Plan de ciencia, tecnología e innovación 2001-2004. Presentación, Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria-Gazteiz, 2001, p. 18.

[35] GOBIERNO VASCO, Plan de ciencia, tecnología e innovación 2001-2004, p. 2.

[36] GOBIERNO VASCO, op. cit., pp. 3-4.

[37] GOBIERNO VASCO, op. cit., p. 5.

[38] GOBIERNO VASCO, op. cit., p. 67

     [39] Sobre este particular, Cf. vg. Sobre Filantropía, cit., obra póstuma en cuyo cap. III: "Filantropía humana. Sujeto "Sociedad"", el autor resulta especialmente claro en la exposición de sus planteamientos al respecto. A la luz de dicho capítulo se comprenderá la alusión a los aspectos “filantópico humano jurídico” y “filantrópico humano económico” de la información relativa al entorno tecnológico vasco y, en consecuencia, la estructura y tono garciabacquianos que hemos querido para el apartado 3.5.

[40] Todos los datos precedentes han sido tomados del documento de Presentación del PCTI.

[41] Fuente: Anuario Estadístico Vasco 2001, EUSTAT (Instituto Vasco de Estadística), Administración de la C. A. de Euskadi, San Sebastián-Vitoria, 2001, pp. 5 y 32, respectivamente.

[42] Cf. ARETXAGA, R., La filosofía de la técnica de Juan David García Bacca (Tesis doctoral), Universidad de Deusto, Bilbao, 1999. Edición electrónica disponible en Internet: Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas", de El Salvador (UCA), 2001, http://www.uca.edu.sv/facultad/chn/c1170/raind.html

Roberto Aretxaga
Universidad de Deusto

 

[Fuente: Carlos Beorlegui, Cristina de la Cruz y Roberto Aretxaga, Editores. El pensamiento de Juan David García Bacca, una filosofía para nuestro tiempo (Actas del Congreso Internacional de Filosofía: Centenario del nacimiento de Juan David García Bacca). Bilbao: Universidad de Deusto, 2002.]

 

© José Luis Gómez-Martínez
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