Etimología. El
Diccionario de la Real Academia anota las dos aproximaciones fundamentales que tienen
relevancia en el análisis de un texto. Por una parte nos dice que se refiere al
"origen de las palabras, razón de su existencia, de su significación y de su
forma"; pero nos señala también su dimensión de "interpretación espontánea
que en el lenguaje corriente o vulgar se da a una palabra relacionándola con otra de
distinto origen. La relación así establecida puede originar cambios semánticos o
provocar deformaciones fonéticas" (DRAE).
Desde los primeros momentos de asentamiento del idioma español se ha señalado la
importancia de la referencia etimológica en la comprensión de las palabras. Sebastián
de Covarrubias (1539-1613) en su Tesoro de la lengua castellana o española da
énfasis a que "es de grande importancia saber la etimología de cada vocablo, porque
en ella está encerrado el ser de la cosa, sus calidades, su uso, su materia, su
forma" (Tesoro).
Hoy día suele estudiarse la etimología como parte de la morfología. De especial interés en el
análisis de textos puede ser la relación entre la "interpretación
espontánea" del lenguaje corriente, de que nos habla la Academia Española, y la
renovación que de un vocablo puede hacer el escritor, regresando conscientemente a su
raíz etimológica en un proceso de recreación de significado. Así, cuando José Martí nos habla en "Nuestra América" de una "idea flameada
a tiempo" (del latín flamma, lengua de fuego); o cuando nos dice que
"los redentores bibliógenos no entendieron" (del griego biblio,
libro), recrea el leguaje en una dimensión artística. En este mismo ensayo usa 26 veces
palabras con la raíz común de /gob/ tanto en una serie de familias de palabras: gobernar,
gobierno, gobernador, gobernante, como en las variantes que
proporcionan diversos sufijos y desinencias (gobierna, gobernarán, gobiernen,
gobernantes). |